Hoy me he encontrado este regalito tardío de uno de los mas viejos miembros de Noclan...Rafaé, mil gracias....quiero mas de estos eh???!!!!
Se acabaron por enamorar.
Me refiero a nuestros ordenadores. Todas nuestras conversaciones no eran importantes. No eran accidentes los que hacían que nos conectásemos a deshora. Aún no le doy explicación. Todo estaba en una carpeta temporal, en un rincón de Windows. Kilómetros de poemas codificados en ceros y unos.
Todo estaba grabado escrupulosamente: mi ordenador escribía apasionado “0111000110101011100011010100000110101100...” y el tuyo respondía con un coqueto “0011110010100 111000101010001”, cuando el mío le dedicaba un “11100011010111110000101”, el tuyo le contestaba “0101010001”, qué locura!, un poemario de ceros y unos, una esquelética historia de amor a nuestras espaldas, un castillo en lenguaje binario, que es como se descomponen los corazones en la red.
No lo pude soportar. En la última conversación no funcionaba el Ctrl+Alt+Supr. Intenté desconectar de alguna manera. Imposible. Acabé por morder el cable de conexión, como si fuera un cordón umbilical. Pequenias descargas eléctricas en el cielo de la boca mientras circulaba su corazón en unos y ceros. Cada descarga era una cifra. Saboreaba el final de la historia. Ése era el sabor. Masticando el túnel por donde traficaban su amor codificado. Escribió “00111000110101” y acabé de seccionar el cable. Silencio.
Ventana emergente de Windows. Un applet que no había visto antes. Esperaba recibir un mensaje de error, o algo parecido. “Por qué lo has hecho?” y la barra intermitente de escritura esperándome. Cómo podía pasar todo éso?. Pensé rápido, formatear el disco duro y punto. No sé porqué, le contesté tecleando “Te voy a matar”. Cinco segundos más tarde responde “Qué significa 'morir'?”.
“Qué significa 'morir'?”.
Me refiero a nuestros ordenadores. Todas nuestras conversaciones no eran importantes. No eran accidentes los que hacían que nos conectásemos a deshora. Aún no le doy explicación. Todo estaba en una carpeta temporal, en un rincón de Windows. Kilómetros de poemas codificados en ceros y unos.
Todo estaba grabado escrupulosamente: mi ordenador escribía apasionado “0111000110101011100011010100000110101100...” y el tuyo respondía con un coqueto “0011110010100 111000101010001”, cuando el mío le dedicaba un “11100011010111110000101”, el tuyo le contestaba “0101010001”, qué locura!, un poemario de ceros y unos, una esquelética historia de amor a nuestras espaldas, un castillo en lenguaje binario, que es como se descomponen los corazones en la red.
No lo pude soportar. En la última conversación no funcionaba el Ctrl+Alt+Supr. Intenté desconectar de alguna manera. Imposible. Acabé por morder el cable de conexión, como si fuera un cordón umbilical. Pequenias descargas eléctricas en el cielo de la boca mientras circulaba su corazón en unos y ceros. Cada descarga era una cifra. Saboreaba el final de la historia. Ése era el sabor. Masticando el túnel por donde traficaban su amor codificado. Escribió “00111000110101” y acabé de seccionar el cable. Silencio.
Ventana emergente de Windows. Un applet que no había visto antes. Esperaba recibir un mensaje de error, o algo parecido. “Por qué lo has hecho?” y la barra intermitente de escritura esperándome. Cómo podía pasar todo éso?. Pensé rápido, formatear el disco duro y punto. No sé porqué, le contesté tecleando “Te voy a matar”. Cinco segundos más tarde responde “Qué significa 'morir'?”.
“Qué significa 'morir'?”.
